Manifestación Consciente
¿Qué es manifestar? Lo podríamos definir como materializar alguna idea o pensamiento a través de un estado de coherencia entre lo que pienso, digo y hago.
¿Cuál es el primer desafío para comenzar a manifestar nuestra propia realidad?
Salir del estado de supervivencia llamado estrés.
¿Qué es el estrés? Es un estado de tensión mental o emocional resultante de circunstancias adversas o muy exigentes. Usualmente se genera cuando no podemos predecir un resultado futuro, cuando sentimos que no podemos controlar una situación o cuando tenemos la percepción de que hay una amenaza o un peligro en nuestra vida.
El ser humano no es capaz de controlar lo que ocurre en su mundo exterior pero si puede controlar su mundo interno de pensamientos y emociones.
Tipos de estrés
Existen tres tipos de estrés:
- Estrés físico: lesiones, accidentes, heridas, caídas.
- Estrés químico: gripe, bacterias, virus, niveles de azúcar en sangre, toxinas en los alimentos.
- Estrés emocional: tragedias, deudas, crisis, manejar.
Todos estos tipos de estrés golpean nuestro cuerpo y nuestro cerebro y los desequilibran.
La definición de estrés es cuando nuestro cerebro y cuerpo salen del estado de homeostasis.
Nuestro cuerpo responde al estrés de manera innata para volver al orden.
Cuando una persona u organismo percibe un peligro en el ambiente, activa el sistema nervioso primitivo llamado "sistema nervioso de lucha o huida". Esa persona u organismo comienza a movilizar de manera natural una enorme cantidad de energía y recursos, hay una descarga de adrenalina y de energía para poder adaptarse al estrés del medio ambiente. Comienza a consumir los recursos vitales del cuerpo para poder sobrevivir a la condición en el mundo exterior.
Todos los organismos en la naturaleza pueden tolerar el estrés a corto plazo, ya sea una cebra que es perseguida por un león. La liberación de químicos bajo estrés alteran la homeostasis normal. En ese estado de supervivencia activamos el sistema nervioso simpático (sistema nervioso de lucha o huida): nuestra pupilas se dilatan, dejamos de producir saliva, se nos quita el apetito, aumenta nuestra frecuencia cardiaca, aumenta nuestra frecuencia respiratoria, la sangre se envía a nuestra extremidades y no a nuestros órganos internos pues es hora de correr, de pelear o de esconderse.
En el caso de una cebra, si logra deshacerse del león, en media hora la respuesta al estrés comienza a apagarse y el cuerpo vuelve al equilibrio. Después de la respuesta al estrés los organismos necesitan descansar para que el cuerpo pueda volver a ponerse en línea, regenerarse y conservar energía.
En el caso de que en verdad te este persiguiendo un león este mecanismo de defensa es grandioso, pero ¿Qué pasa cuando percibimos todo nuestro ambiente, todo el tiempo, como una gran amenaza? Activas la respuesta al estrés y ya no puedes apagarla, esto te enfermará tarde o temprano, ya que ningún organismo puede vivir en modo de emergencia durante un tiempo prolongado.
Esto hace sentido, ya que si estás utilizando toda tu energía en salvar tu vida entonces ya no queda energía disponible en tu mundo interior para crecer y repararse.
Al igual que un adicto, nos volvemos dependientes de esos químicos en el cuerpo y comenzamos a utilizar excusas como el trabajo, familia, dinero, relaciones tóxicas, entre otros, como una manera de sostener esa adicción. La gente se vuelve adicta a un estilo de vida que ni siquiera les gusta.
Por otro lado, el sistema nervioso parasimpático es el encargado de relajar y regenerar el metabolismo.
Debido al tamaño de la neocorteza (cerebro pensante), podemos hacer que cualquier pensamiento sea más real que cualquier otra cosa y las personas empiezan a pensar en sus problemas y encienden su sistema de respuesta al estrés, se vuelven adictos a sus propios pensamientos. Tus pensamientos literalmente te pueden enfermar.
Muchas enfermedades sin creadas por el sistema inmune que se suprime, llamadas enfermedades inmunomediadas. Desde el cáncer, esclerosis múltiple, lupus, artritis reumatoide, alergias alimentarias, sensibilidad alimentaria, todas son causadas por un sistema inmune debilitado.
¿Si nuestros pensamientos pueden enfermarnos es posible que nuestros pensamientos puedan curarnos?
Dr. Joe Dispenza y su equipo hicieron una investigación en la que tomaron 117 personas para medir sus niveles de cortisol (hormona del estrés) y otro químico llamado IgA o inmunoglobulina A (defensa principal del cuerpo contra bacterias y virus).
Recapitulando: Nos sentimos amenazados y se activa la respuesta al estrés, aumentan los niveles de cortisol en sangre, el sistema inmune disminuye y ahora nuestro sistema inmune se ve comprometido porque toda la energía se utiliza para defenderse de una posible amenaza en el mundo exterior, se suprime el sistema inmune y normalmente debería disminuir los niveles de IgA.
En el experimento se sometieron a los participantes a 4 días de entrenamiento, se les pidió que reemplazaran sus emociones como ira, frustración, odio, violencia, agresión, competencia y miedo, por emociones elevadas como gratitud, amor, goce, etc.
Lo que buscaban hacer era que durante 10 minutos al día estas personas abrieran sus corazones y comenzaran a sentir todas estas emociones elevadas. Al finalizar los tres días y medio volvieron a medir los mismos valores y los niveles de IgA aumentaron colectivamente al rededor de un 50%, sus niveles de cortisol bajaron alrededor de 16,25%, las hormonas del estrés bajaron y el sistema inmune se activo en gran medida.
¿Qué quiere decir esto? Que el simple hecho de sostener emociones elevadas le permite a tu cuerpo restaurarse y reparar tu sistema inmune.
Cuando estás bajo las hormonas del estrés tienes todo tu foco de atención en el mundo exterior, en el tiempo que tienes disponible para actuar, por lo que nuevamente volvemos a lo mismo: Cuerpo, entorno y tiempo. Esto nos obliga a reducir nuestro enfoque, nos enfocamos en lo material, no vemos salida, no vemos nuevas posibilidades. Claramente este estado no es el mejor estado para manifestar o crear nuestra propia realidad, ¿verdad?.
Volviendo a lo que ya vimos anteriormente: Una persona bajo estrés va a buscar volver a lo predecible, cualquier escenario nuevo o desconocido se vuelve una posible amenaza, por lo que vamos llevando nuestra atención a cada persona o situación que representa un peligro para nosotros, cada uno de esos elementos tiene asociada una red neurológica en el cerebro y la excitación de esos químicos comienza a causas circuitos diferentes a medida que cambias tu atención para comenzar a activarse. Ahora el cerebro funciona en un estado incoherente.
¿Has notado que cuando estás bajo estrés piensas en un problema una y otra vez? Eso es porque las hormonas del estrés te hacen reducir el enfoque a la causa, porque eso es lo que haces cuando vives en modo de supervivencia.
Cuando vives constantemente bajo las hormonas del estrés, dentro de las infinitas posibilidades que tienes para elegir siempre vas a seleccionar la peor alternativa. ¿Por qué? porque en modo de supervivencia cuando te preparas para lo peor, con cualquier cosa menos mala que suceda, tienes más probabilidades de poder sobrevivir.
Cuando nos sentimos más materia y menos energía, menos ondas, entonces nos convertimos en materia tratando de modificar materia. En este escenario estamos viviendo desde una perspectiva de "separación", por lo que solo nos queda utilizar los siguientes recursos:
- Competir
- Luchar
- Manipular
- Nos esforzamos demasiado
- Deseamos/ esperamos
¿Realmente queremos vivir así?
Vivir en creación
Básicamente, es lo opuesto de vivir en modo de supervivencia. Si las hormonas del estrés crean incoherencia en el cerebro y en el corazón, ¿Qué pasaría si decidimos pasar de un enfoque convergente a uno divergente? Cuando la gente le resta atención a su cuerpo, a las personas en sus vidas, cuando ya no prestas atención a las cosas que posees, cuando ya no estás pensando en el lugar donde tienes que ir o estar, cuando ya no estás pensando en el tiempo, entonces enviamos toda nuestra energía fuera de esta realidad tridimensional (materia), entonces hace sentido que comencemos a cambiar nuestro estado cerebral (dejas de activar los circuitos antiguos de tu cerebro). Apagamos la neocorteza y comenzamos a abrir diferentes compartimientos en nuestro cerebro, expandimos nuestra consciencia. Nuestro cerebro que estaba subdividido, en un estado de lucha entre ambos hemisferios, ahora funciona en coherencia.
El estrés crónico crea una afección tiroidea llamada enfermedad de Graves-Basedow, y la persona desarrolla lo que se llama miastenia gravis, el efecto secundario de esto, además de una tremenda falta de energía, es la visión doble. Entonces una persona que toma consciencia de que se auto generó esta enfermedad debido a un mal manejo emociona y de pensamientos presionando los botones genéticos equivocados todos los días. Cuando la persona toma la decisión de comenzar a superar a las hormonas del estrés y le enseña a su cuerpo y cerebro como crear coherencia el efecto secundario es que el cuerpo comienza a recuperar el equilibrio otra vez. Su visión se recupera, las hormonas tiroideas vuelven al equilibrio, su sistema nervioso autónomo volvió a hacer su trabajo que es crear orden y balance.
Hipnosis como herramienta para vivir en una estado de creación o manifestación
La hipnosis nos permite entrenar a nuestro cerebro y a nuestro cuerpo para pasar de vivir en modo supervivencia a vivir en un estado de manifestación consciente, el cual nos permite volver a estar sanos, regenerar nuestros tejidos (anabolismo), regenerar el cuerpo, tener más energía disponible, más orden, emociones elevadas que movilizan sustancias químicas que reparan nuestro cuerpo.